Radio Actitud

A mi mamá le acaban de traer una estufa. Después de muchos años de batalla, su estufa viejita dijo adiós. La nueva protagonista de la cocina llegó empacada con garantías e instrucciones, la instalación fue todo un protocolo y es que casi cocina sola (¡solo eso le faltaría!).

Cuando mi papá llegó, empezó a hacer bromas y a “ayudar”. Mi mamá le decía “¡Con cuidado!” “Aquello no”, “Esto sí”. ¡Pero con qué delicadeza cocinaron la primera comida! Estoy segura que cuando pase el tiempo ella se relajará “normalizará” el uso de su estufa.

Es enero y pienso que este mes lo vivimos así como cuando estrenamos algo. Lo cuidamos y respetamos: nos organizamos con una agenda, anotamos todo, comemos saludable, somos productivos, cocinamos, ordenamos… ¡Dios mío! Hacemos todo lo propio de un nuevo año: nuevas metas, nuevos objetivos, nuevos hábitos… y puedes seguir contando.

Quiero invitarte a que no “normalices” el año. Esa actitud decidida que tienes ahora mantenla cada día y que honra tu palabra cumpliendo con todas las metas que te propusiste. Mira cada día como si fuera el primer día del año.

La Biblia dice que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. A pesar de ser El Eterno jamás se acostumbra ni le baja intensidad a su misericordia, amor y cuidado hacia nosotros.

Qué alegre es estrenar año, pero, aunque pasen los días y se pierda la etiqueta de ¨nuevo¨, no pierdas tu la actitud y expectativa de estreno porque si bien no todos los días son 1 de enero, todos los días son nuevos. ¡Feliz año!

Madis Sánchez