La guerra de Vietnam duró desde 1,955 hasta el año 1,975. Ha sido la guerra más larga que jamás hayan tenido los norteamericanos. Y una de las cosas que podemos aprender de esa guerra es que no hay nada más difícil que pelear contra alguien a quién no vemos.
Durante ese enfrentamiento armado el ejercito de Vietnam cavó unos túneles que llegaban a alcanzar cientos de kilómetros de largo. Unían distintas comunidades y los vietnamitas los utilizaban para curar a sus heridos de guerra, para abastecerse, y para realizar ataques sorpresas durante la noche.
Gracias a los túneles el ejército de Vietnam lograba ser un enemigo silencioso que podía atacar de forma efectiva. Causaron en su momento grandes estragos en las líneas del ejercito enemigo.
¿Qué pensarían si les dijera que todos tenemos un enemigo que puede cavar túneles en nuestro corazón?
Es un enemigo muy paciente que se toma su tiempo para ganar el control total de nosotros. Es tan estratégico que lo que utiliza para enredarnos son cumplidos, logros, premios y todo aquello que nos da cierto reconocimiento.
Este enemigo silencioso es el orgullo.
El orgullo de alguna forma nos sube a un pedestal por encima de los demás y provoca que nos comportemos de esa manera. Nuestros deseos por encima de los demás, nuestros intereses por encima de otros.
Es lógico pensar que si tenemos orgullo para creernos más que las personas en algún momento podemos llegar a creernos más que Dios. Nuestros intereses por encima de los intereses de Dios, nuestro placer por encima de sus instrucciones divinas. Por esa razón Dios dice en Su palabra que Él mantiene lejos a los orgullosos (Salmos 138:6).
Si no tienes claro o no si eres orgulloso, de igual forma aplica lo siguiente:
-Ten una actitud de adoración a Dios, esto te llevará a buscarlo y a reconocerlo como tu Señor
-Ten una actitud de gratitud, hacia Dios y a las personas, para reconocer la necesidad que tienes de otros.
-Ten una actitud de servicio, esto te ayudará a velar por los intereses de los demás y a atenderlos.
Por: Fernando Pappa