Jugar videojuegos, hacer bromas de mal gusto, comentarios fuera de lugar, burlarse y reírse de los demás o no querer enfrentar dificultades son conductas que manifiestan los hombres y que son catalogadas como inmaduras.
De acuerdo con algunos estudios, el hombre vive una evolución respecto a estas conductas aproximadamente a los 43 años (a diferencia de las mujeres, quienes a los 31 viven esa misma evolución), y es ahí donde se producen algunos conflictos.
Algunos de ellos están relacionados con la comunicación, pues mientras no se viva esa evolución, no le daremos la importancia que merecen los momentos críticos de nuestra vida.
Nuestras respuestas podrían no ser acertadas o infantiles, respondemos con un tono de burla o simplemente evadimos la responsabilidad que se necesita asumir.
Algunos hombres escapan sumergiéndose en el mundo del videojuego o en cualquier cosa que lo distraiga, lo que podría provocar una cadena de situaciones que complicaría las cosas aún más, y es entonces cuando un hombre necesita de su ayuda idónea para lograr el correcto balance, la dirección y los pasos a seguir para encontrar soluciones.
Creo que la conciencia y la consideración respecto a ese desfase de madurez la necesitamos de parte de las mujeres. Les pedimos su comprensión y paciencia al respecto.
Recuerdo que una vez asusté a mi esposa mientras ella se quitaba una mascarilla de su rostro y su reacción inmediata fue tirarme agua encima. Desde entonces no he vuelto a asustarla.
En la luna de miel nunca le dije a dónde nos iríamos la primera noche hasta que llegamos, yo creyendo que así le daría un poco de “emoción” al momento.
Solo queda esperar a los 40 para empezar a vivir la evolución que nos permita dejar atrás esa conducta inmadura.
A nosotros, quienes la hemos vivido, nos ha sido de ayuda sobre todo para no tomarnos demasiado en serio los problemas o situaciones que nos toca enfrentar, así que gracias a la mujer por existir, pues es el balance para una vida que durante varios años lleva a un niño dentro de sí.
Por: Pastor Hugo López